Poeta, intelectual, profesora y periodista húngara, Ágnes Daróczi (1954) se ha convertido en una de las organizadoras romaníes más importantes de Europa, desarrollando un amplio trabajo de lucha activa contra la extrema derecha, el racismo, las viejas dinámicas de empobrecimiento y segregación a las que se ven abocadas las familias romaníes y una labor de investigación crítica sobre el Porrajmos/Samudaripen. Fue co-fundadora de Pralipé, una de las primeras organizaciones romaníes húngaras contemporáneas y es directora del Romano Instituto Foundation.
En el año 1972, una jovencísima Ágnes Daróczi fue la primera persona romaní que recitó un poema en Romanó en la televisión húngara. La pieza fue escrita por el poeta gitano Károly Bari. Se esperaba que Daróczi lo recitara en húngaro, pero, como un valiente acto de resistencia, lo hizo en la lengua romaní. Es probable que, para el lector gadjo sea difícil comprender lo que supuso un gesto de estas características en un país como Hungría, en el que, incluso en la actualidad, la comunidad romaní sufre constantes ataques físicos, verbales y mediáticos a manos de una de las extremas derechas más peligrosas de todo el continente. Una extrema derecha que, de la mano del partido de Viktor Orbán organiza las instituciones del país. Durante siglos, la lengua romaní ha sido prohibida en toda Europa bajo amenazas y castigos de mutilación, cárcel e incluso muerte. Esa es una de las razones por las cuales los romaníes del Estado español, los Kalé, no conocemos en profundidad el idioma de nuestros ancestros y parientes del resto de Europa y el mundo, a pesar de las numerosas pervivencias lingüísticas, también en el caló, la variante dialectal del romaní presente en nuestros territorios. El poema de Bari es un canto a la resistencia romaní, un elogio a la fuerza con la que los gitanos se enfrentan a su persecución. En él, podemos intuir elementos telúricos, mágicos y espirituales que a menudo acompañan, de diferente forma según el contexto histórico cultural, la poética gitana cuando ésta se pone al servicio de su inquebrantable deseo de liberación.
«Hermanos míos/ gitanos/ adelante y bailad/ la
canción de los salvajes vientos/está rasgando el
violín/ retumban los esqueletos de Cristo/ De los
caminos interminables […] cabalga de vuelta/
alrededor del fuego […]Éxtasis al rojo vivo/ de la
vida gitana/ gasta tu furia».
