Israel Fernández

El cantaor y compositor caló Israel Fernández (1989) se ha convertido en el artista flamenco revelación por antonomasia de la escena de los últimos años.
Afianzado en la escuela de Camarón, pero con un carácter, estilo y sonido propios, Fernández ha sabido tocar la fibra sensible de los aficionados más jóvenes de un género a menudo acusado, injustamente, de arcaico y desfasado. Sus seis discos, sus letras y videoclips, en los que lo gitano es el vector en torno al que gira todo su trabajo, le han hecho merecedor de múltiples premios y del afecto incondicional del gran público.
Podría resultar extraño indicar una posible reflexión sobre la nostalgia en la obra musical de un artista tan joven como Israel Fernández. Sin embargo, la nostalgia a la que hacemos mención, presente de manera intermitente en la obra de tantos artistas romaníes, no está necesariamente ligada de forma estricta al legado individual, sino a la trayectoria vital familiar y ancestral. Es decir, esta mirada melancólica hacia el pasado es transmitida de forma cultural en base a las experiencias de una comunidad entera. Al mismo tiempo, es necesario leer esta relación con el pasado ancestral a la luz de los repetidos intentos de las instituciones por ‘integrar’ y asimilar –cuando no aniquilar– a las comunidades gitanas en un orden que fagocita los vínculos comunitarios, que aísla a los individuos y que los somete a los ritmos deshumanizadores de la producción capitalista. El Pueblo Rom, como otras naciones originarias oprimidas, ha conservado a lo largo de los siglos y de forma heterogénea, el anhelo de establecer una relación con la vida y la muerte enraizada en la consciencia de la fugacidad de la propia existencia. Así, esta nostalgia, frecuentemente idealizada por la mirada gadji y percibida de forma paternalista como una manifestación del ‘alma infantil’ de la comunidad gitana es, en realidad, manifestación de otra cosa. A saber, la lúcida manifestación de un espíritu colectivo que, sepultado tras las mentiras de un modo de producción basado en la explotación y la desposesión de la vida humana y la tierra, clama por recuperar lo comunitario en relación con el entorno del que siempre formó parte.
 

«Salgo de mi casa al campo/ solo con el
pensamiento/ mira que estamos de paso/ la vida
es un momento/ con el corazón de un niño/ salgo
de mi casa al campo/ acariciando la vida/
contento vivo soñando»
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